domingo, 24 de junio de 2012

Machismos que dan rabia

Publicidad de alfajores (vallas publicitarias en la actualidad en Capital Federal, Buenos Aires, Argentina): 

"¿Amigos o novia?" 

El que decide con quién compartir es él, al que la sociedad adjudica el poder adquisitivo para comprarse el alfajor (producto alimenticio que no es exclusivo para hombres). El hombre decide si compartirá el placer de comerse el alfajor con ella, su novia, o con los amigotes. 

Pensemos en la reformulación: "¿Amigas o novio?". En la frase original, ella es de él, le pertenece, es "su" novia; en la reformulación, todo el sentido cambia, exactamente a la interpretación contraria. Para una sociedad que reclama la igualdad de género, hubiese estado mejor dedicar la publicidad a un mundo más amplio de consumidores. 

Muchas mujeres, no me atrevo a decir todas porque sería una burda generalización y todos y todas sabemos que existen mujeres mucho muy machistas, no comprarían ese alfajor aunque sea uno de los mejores del mercado, porque en ningún momento se sentirían aludidas, más bien, se encuentran en un claro segundo plano. Parece más bien una publicidad de desodorante, o perfume, masculino. Aunado a lo anterior, los amigos, en la misma frase, ocupan el lugar primordial, es decir, la primera opción siempre serán los amigos, y luego se piensa en la compañera de turno. 

Propongo un planteamiento alternativo: "¿Pareja o panas?". El problema está, evidentemente, en que "panas" no pertenece a la jerga argentina, pero es más abarcativo que el término "amigos", incluyendo a más de un género. Bueno, no podía resolverles todo tampoco. ¿O sí?

Ya vengo, voy por un alfajor.





viernes, 22 de junio de 2012

Los enigmas de Karin Godnic



La artista, nacida en Buenos Aires en agosto de 1977, quien ha recibido premios en Latinoamérica y Estados Unidos, representa ciudades contemporáneas, incluyendo en su representación artística numerosas presencias ajenas a todo reconocimiento humano, seres extraños. Su pintura minuciosa y la gran cantidad de elementos que incluye, captan la atención del espectador, quien evita pasarse algún detalle por alto. Conjuga lo absurdo con lo cotidiano y en ocasiones, muestra el choque entre la cultura urbana y esos seres provenientes de lugares desconocidos por el hombre, a través de los cuales incluso se percibe enfermedad. Godnic representa continuamente una desmaterialización de la realidad y, lo preocupante, es que la urbe pareciera estar conforme con ello, ya que no se observa ninguna figura humana contraponiéndose a la invasión, más bien parece reinar un silencio abrumador. Remiten esos invasores a elementos protagonistas de libros o cine de ciencia ficción. Lo interesante de la inclusión de dichos invasores es la luminosidad, el colorido y el dinamismo que imprimen a la obra de Godnic. Moviéndose entre la corriente figurativa - expresionista, Godnic materializa el anhelo de ofrecer al espectador sus angustias internas y su crítica frente al comportamiento de las sociedades actuales.



La modificación de las ciudades de Godnic, por la invasión, evoca miedos existenciales, imponiéndose un nuevo ritmo que coloca en entredicho el orden social establecido. Los bichos (palabra que emplea inclusive para titular algunas de sus pinturas) modifican el entorno, desencadenando batallas contra la ciudad, aunque los humanos no se den por aludidos (no parece haber una lucha en respuesta). Esos bichos caricaturescos convierten a la obra de Karin Godnic en una expresión de lo continuamente amenazador.

La realidad de la obra de Godnic aparece como desfigurada y hasta incorpórea. La presencia de círculos concéntricos, asemejando tablero de dardos, o la puntería de alguna arma de fuego que se posa sobre la ciudad, otorga la ilusión de "ciudad en la mira" a punto de desaparecer, dispersarse, disiparse, perecer... Otras corrientes artísticas atraviesan su obra, como por ejemplo el surrealismo, manifiesto a través de lo onírico, elemento de inspiración que la misma artista reconoce existente en su obra.

Además, al representar la soledad en la que en múltiples ocasiones se ve inmerso el individuo contemporáneo, Godnic evoca la teoría de los no - lugares ("espacios que no pueden definirse ni como espacios de identidad ni como relacionales ni como históricos"... el individuo conserva su calidad de anónimo frente al otro) propuesta por Marc Augé, quien además de hablar de los efectos del desarraigo en la vida contemporánea y en lo que se ha llamado la época de la sobremodernidad (caracterizada no sólo por la superabundancia de acontecimientos y espacios, sino también por la individualidad), observa que: "Ni la identidad, ni la relación, ni la historia tienen verdadero sentido, donde la soledad se experimenta como exceso o vaciamiento de la individualidad, donde el movimiento de las imágenes deja entrever a aquel que las mira desaparecer, la hipótesis de un pasado y posibilidad de porvenir". En la coexistencia de dos mundos distintos, la ciudad más la invasión extraterrestre o a través de un tráfico inmóvil e insoportable, se representa metafóricamente a la urbe moderna, donde el sujeto está perdido en la muchedumbre. Esas calles infestadas de Godnic establecen la relación enajenada entre los individuos con su entorno en el espacio del no - lugar. Esos no - lugares recrean soledad, similitud, marginando a la identidad singular. En la obra de Godnic, la presencia humana únicamente está representada por uno que otro graffiti en las paredes, la invasión ha opacado las demás presencias humanas, empujándolos al encierro, a la desaparición, a una necesidad de protección que, supone el espectador, encuentra refugio en los edificios. De esta manera, las paredes están atravesadas y mutiladas por algún tentáculo, pata o cola de los bichos usurpadores, que además parecen resultar vencedores en su tarea de invasión. No hay contraataque y lucen sonrientes, victoriosos. Los graffitis son las únicas representaciones de aquellos códigos en común  que comparten los seres humanos, y que permiten recordarle al espectador su anterior presencia, enviándole un guiño, estableciendo la complicidad intrínseca entre artista y receptor. El no - lugar acoge a los bichos, tal como habría acogido a los seres humanos que transitaran por ahí.





Detrás de las vallas publicitarias, los aparatos de aire acondicionado, el desplazamiento de móviles aéreos o terrestres está Godnic remitiendo a la época contemporánea. Los únicos humanos que aparecen en contadas ocasiones, son humanos sin rostro definido, colocados amontonados en las calles, representando una gran masa homogénea, lo cual instala la posibilidad de la melancolía y, de nuevo, la soledad. Lo masificado convirtiéndose en sinónimo de ausencia. La vida natural es escasa, ausente. Todo parece ser artificial, producido. Inclusive los bichos invasores, con sus características autómatas, como máquinas con un sólo objetivo: la destrucción de la vida. Godnic así expresa su crítica, su angustia frente a la desaparición de lo orgánico. El ímpetu por las enormes construcciones, trayendo graves consecuencias a todos los ecosistemas, constituye apenas una de las ideas de la artista. Los días del hombre están contados, cada uno de los círculos concéntricos que emergen de algunas de sus pinturas, simulando un tablero de dardos, corresponde a una onda expansiva de destrucción.  


    

La tecnología por la que el hombre ha sacrificado tanto tiempo e invertido tanto dinero, ahora se vuelve en su contra, es una recurrente idea que Godnic deja entrever en sus obras. ¿Será acaso una denuncia acerca de la fragmentación de nuestra percepción de la realidad, precisamente debido a esa dependencia tecnológica? 

Las serpentinas transformadas en posibles virus o bacterias, contagiando las ciudades, encierran a la pintura en una insuficiencia resignada, transmitiendo impotencia, ineptitud, desaliento y desesperanza. Todo se esteriliza, se abandona. El espacio de Godnic se ha impregnado de fantasmas de identidad dudosa. No hay vuelta atrás. ¿O sí? 



     

jueves, 21 de junio de 2012

Gran Misión A Toda Vida Venezuela

Esta mañana me entero de la existencia de la "Gran Misión A Toda Vida Venezuela", que desea implementar el sr. Hugo Chávez, en función de luchar en contra de la inseguridad que azota a nuestro país desde hace muchísimos años, pero que sin duda, se ha ido agravando de manera exponencial los últimos cinco años. No pude dejar pasar por alto este hecho, a diferencia de miles de otros hechos que he dejado pasar porque ya me he ido acostumbrando al "ya nada me sorprende", pero preciso hoy de este desahogo, para no tener pesadillas esta noche, como solía tener cada vez que escuchaba al sr. cuando abría la bocota hasta que decidí empezar a escucharlo menos seguido, para evitar que su verruga torcida distorsionara mis sueños.  

Ni hablar. El sr. admite que hay inseguridad en nuestro país. Es que estuvo viviendo en y viajando a otros lugares mientras tanto. No sólo omite los 13 años anteriores de desgracias, sino que los adjudica a un sistema externo. ¿Será que eso también lo importamos? (como todo lo demás...). Importamos de las culturas neoliberales los asesinos, violadores, ladrones y un enorme etcétera, al igual que TODOS los demás productos que nos permiten la subsistencia como nación. Incluso la ropa, porque ni eso somos capaces de fabricar. Más allá de esto, no sé, supongo que hace 13 años, algún niño estaba en la calle o viviendo en condiciones de miseria... Ese niño no le importó ni medio partido por la mitad y luego del tiempo transcurrido durante su mandato, el niño se convirtió en un adolescente delincuente... ese niño no nació en la IV República, y aunque se alegue que es consecuencia de los benditos 40 años de despilfarro democrático o del "capitalismo salvaje" del que tanto se llena la bocota este ser... ¿no tuvo suficiente tiempo Y DINERO a manos llenas para cambiarlo... para proponerle un mejor modo de vida?, ¿por qué en lugar de hablar tanta pistolada y escudarse en los sistemas aplastantes del imperio (que no es poco ni lo niego en ningún momento) no hizo uso de su inteligencia estratégica para revolucionar (de verdad) el país y hacerlo digno ejemplo de otras naciones de Latinoamérica que cuentan con menos recursos económicos?  Mejor dicho: ¿Por qué no se enfocó, como es su trabajo, en proponernos y ofrecernos a todos y todas mejores medios de vida, oportunidades de verdad (no regalos miserables y no renovables), mejores sistemas de educación, de planes de vivienda? ¿Por qué no se encargó verdaderamente de los niños marginados (quienes funcionaron como bandera en algunos de sus discursos presidenciales más emblemáticos) que se convertirían en delincuentes?, ¿por qué no les ofreció a esos mismos niños y jóvenes de hace 13 años (ahora adolescentes y adultos) mejores oportunidades?, ¿por qué no le ofreció a la clase trabajadora y luchadora unas calles donde se pudiera caminar tranquilos después de las 10pm (o incluso a plena luz del día), sin verse atropellados por algún hecho delictivo? 

Ahora, por si fuera poco todo el dinero que ha gastado en las misiones anteriores, la mayoría de las cuales sencillamente fracasó, propone la creación de OTRA misión (cuyo nombre aparte de ridículo carece de sentido real, o al menos no siento que lo transmita), previa a las elecciones de octubre de este año. Ahora es cuando RECONOCE pública y abiertamente que Venezuela vive en estado de tensión, que ninguna familia está tranquila hasta saber que todos los integrantes de la misma ha llegado a casa ese día "sano y salvo". Ahora el sr. admite la existencia de altos índices de inseguridad, ahora que las cifras ya no pueden esconderse más, ahora que se acerca la fecha que lo pone en jaque, aunque siga moviendo las piecitas a su antojo. Más allá de no saber qué sucederá el 7 de octubre del presente año, más allá de desear profundamente que se mueva un poco la mata y que el discurso se transforme, que adquiera otros matices y deje de quedarse solamente en palabras, más allá de empezar a pensar de forma optimista frente a lo que pudiera significar una verdadera revolución en Venezuela, me encantaría que no se burlen más de nosotros, que no nos subestimen como nación y que dejen la demagogia de lado aunque sea un rato, porque mientras tanto, más y más venezolanos pierden la vida en mano de otro que hace tiempo también la perdió, y que no tuvo a nadie (ni poderoso ni no poderoso) que le ofreciera algo distinto y, en definitiva, mejor. 

Hay que ser bien poco crítico o nada interpretativo (hecho que verdaderamente dudo porque conozco que los venezolanos son perspicaces, lúcidos, abiertos y perceptivos) para aplaudir la creación de otra misión a estas alturas del partido, a menos (como ha solido ocurrir durante estos 13 años de gobierno) que se estén beneficiando económicamente del desbarajustado país.